De caballos locos a jinetes sin cabeza: la tendencia hípica del APRA
Primero fue "Caballo Loco", apelativo con que se conoció a Alan García durante su gobierno del 85 al 90 y después, durante su exilio. El apelativo se debía a su vehemencia, su tendencia a actuar irracionalmente y por instinto, a caballazo limpio, sin medir las consecuencias e imponiendo a su antojo decisiones que llevaron al país a la miseria, al mismo tiempo que el gobernante saturaba con su florida labia las pantallas de las emisoras adictas a su tendencia al despilfarro de influencias y retribuciones.
Ahora, al salir de su gobierno, a todas luces se ve como el probable gestor de una estrategia destinada a trapearle el piso para su candidatura en el 2016. Quitando cuerpo de todo el desmadre en su partido, "Jalisco nunca pierde" niega orondo que haya apoyado a Araoz, que la haya recomendado, y afirma que él invitó a la dirigencia a ofrecerse, pero que nadie aceptó la papa caliente.
Nunca más feliz, a pesar de que ahora la participación de su partido el APRA está descabezada. Y si con Meche llegaba al 5%, sería un milagro si ahora pasa la frontera decimal, sin ella.
El APRA, incapaz de andar sin García, es también incapaz de avanzar con él, preso también por decisiones de la cúpula que, más que preservar la integridad institucional del partido de Haya de la Torre, acondiciona y condiciona a la militancia a sus intereses individuales. El resultado, una candidatura sin mollera, que avanza galopante hacia un nuevo ostracismo electoral.
De todas formas es muy probable que Del Castillo logré su ansiada inmunidad parlamentaria. Pero no debería sentirse tan protegido, pues se sabe de congresistas desaforados y soltados a las fauces del Poder Judicial sin contemplaciones. Todo dependerá del balance de poderes resultante de las elecciones del 2011.
El resto del equino aprista va a la deriva, sin saber cómo adaptar los ideales apristas con todo este menjunje mesiánico. Mientras tanto, muchos hipódromos a lo lejos, en el horizonte, ya se visualiza al cuadrúpedo, antes atolondrado, tranquilo, cómodamente ubicado en su casilla, listo para una nueva carrera. Paciencia para esperarla le sobra, con la confianza del terreno apisonado -que más asemeja un bosque arrasado- detrás.
Está realmente comprometido el preseidente de su partido con el APRA? Será por su apetito egoísta que no le importó pisotear los ideales antiimperialistas de sus fundadores -corriente muy importante y necesaria, hoy más que nunca- con tal de hacerse del poder y afirmar el pláceme hacia su gobierno de los poderes globales?
Preguntas que deben hacerse los apristas para decidir y entender a qué le son leales, y quiénes están haciendo del APRA lo que Haya jamás hubiera soñado, ni en sus peores pesadillas. Sino pregúntennle a Armando Villanueva, vilmente utilizado en su lecho de dolor y sin su consentimiento.