Para la gran mayoría de personas, lo que sucede en Egipto es algo espectacular. Y desde un punto de vista mediático lo es. Pero también es necesario ponerse siempre de abogado del diablo y tratar de ver más allá, pues es bien sabido que nada sucede en el mundo, con una cobertura mediática tan colosal, como para que no se jueguen por lo bajo intereses gigantescos de algunas naciones, sus corporaciones y sus bóvedas.

El levantamiento en Egipto se organizó, no desde Facebook, sino desde años de desencanto y opresión. Tres décadas del gobierno de Mubarak pasaron por encima de los derechos elementales de millones de egipcios, sin que nadie hablara de ello.

Egipto sólo era un paraíso, sede de una de las civilizaciones más poderosas y asombrosas de la historia humana, destino turístico por excelencia, a través del cual el gobierno llenaba sus arcas con billones de dólares americanos.

Pero la importancia geopolítica de Egipto es crucial. Su “estabilidad” tranquiliza a más de uno en la región. Y más de uno (y no necesariamente de la región) entró en pánico cuando se oyeron las primeras protestas y se vieron los primeros millones de valientes egipcios enfrentándose al abusivo y represivo poder de la policía.

Hay muertos, desaparecidos, torturados en las listas extraoficiales, a tres semanas de iniciada la revuelta. Pero hay bajas que son más importantes para las grandes corporaciones y sus gobiernos “asociados”: caida de la bolsa egipcia, cierre de bancos, destino de préstamo billonarios (siempre traen su coimisión más) a Egipto, etc.

En Egipto esta la frontera con Israel (Sinaí), el canal de Suez, por donde pasa un gran porcentaje del crudo proveniente de oriente medio, bases aereas americanas, oficinas de la CIA y otras perlitas más. ¿Por qué entonces arriesgarlo todo, dándole la espalda a quien guarda por estos intereses?

Mubarak fue siempre un aliado estratégico de USA. ¿Entonces, por qué se nota ahora este abandono del asociado clave de la región? ¿Cómo aparece Al Baradei, otro asociado de USA en la IAEA, herramienta útil en el chantaje a países que se sublevaban contra el sistema o que podían servir de pretexto para una extensión del monopolio energético, como ocurrió en Iraq?

Qué hace Al Baradei ahora como líder de la oposición Egipcia, país del que se mantuvo ausente por muchos años, pues le interesaban temas más globales, según él mismo dijo?

Cabe entonces pensar en que hubo algo que rompió la amistad. Algo paso para que la CNN, que durante todo ese tiempo nunca tocó el tema de Egipto más que para promociones turísticas o para transmiitir cenas de gala de un boato insultante y que evidenciaba total desconexión con la realidad nacional, dedicar ahora el 99% de su programación a cubrir la revolución egipcia desde todos los flancos posibles?

Cuál fue la intención real al presentar a Al Baradei como una figura resaltante de la oposición egipcia? Recordemos que el nuevo papel opositor de este ex funcionario de la ONU se difundió poco antes de las revueltas, como preparándolo todo para hacerlo ubicable en el contexto.

Muchas dudas quedan aun por resolver, así como la principal demanda de la multitud que es la dimisión de Mubarak. El dictador no cede. Puede que se sienta seguro de la lealtad final del ejericto hacia el (de la cúpula, más que del resto), probablemente enredada en las mismas corruptelas que se develarían de inmediato a la caida de Mubarak.

La oposición habló de avanzar hacia el palacio, cosa que no ha sucedidio. Habló de no negociar antes que Mubarak renuncie, y las primeras reuniones se han realizado. Obama declara que el cambio se debe dar AHORA, sinq ue sea oido -debilitando su imagen de paso-, y sale el emisario de Estados Unidos a Egipto a declarar que es recomendable la permanencia de Mubarak durante la transición.

¿Será que la revolución ha sido organizada por aquellos que quieren tener a Egipto como aliado geopolítico a toda costa? ¿Por qué si no se menosprecia la capacidad egipcia de formar un gobierno de concertación, atemorizando a la opinión pública con la posibilidad casi ineludible para ellos de la subida al poder de un gobierno 100% radical islámico con los “Hermanos”?  ¿O es que es esto precisamente lo que el Tío Sam quiere? ¿Es una nueva conspiración, un nuevo pretexto para atacar, otro 9/11?¿Será posible que millones hayan caido en aquel juego, inspirados por ideales que no tienen nada que ver con los sucios intereses globales?

Esperemos que, cuando el polvo se asiente, veamos un Egipto genuinamente libre, independiente, soberano y unido. Por el bien de sus hijos. Por el bien del planeta.